«Se necesitan dos años para aprender a hablar, y sesenta para aprender a callar», así de claro lo expresó archiconocido novelista y periodista Hernest Hemingway. Y poco más tiene que añadirse, más que guardar silencio y reflexionar al respecto, porque tanto cuando hablamos en público, o en oratoria en general, el silencio es una de nuestras armas secretas.
Pero con esta frase, Hemingway nos dice aun mucho más, nos habla, de la dificultad de calmar nuestras ganas de contar nuestra versión de la historia, o nuestra opinión respecto algo, y permanecer callados. Por que no sólo se trata de saber expresarse ante un publico, sino de hacerlo en el momento adecuado. Ya sea un auditorio multitudinario, o en una pequeña reunión con menos de diez personas, incluso más importante aun, si es este último caso.
Sé que nos cuesta, tenemos muchas ganas de aportar nuestra visión, de participar, de sumar a los demás, pero la mejor forma de hacerlo precisamente, es permanecer en silencio el tiempo necesario, para escuchar activamente al resto de participantes, y desde el conocimiento que nos aportan, armar nuestro discurso y que de esta forma, en primer lugar, tenga en cuenta lo que ellos han mencionado, lo que les hará sentirse identificados y prestarán mayor atención, y en segundo lugar, aporte un valor nuevo y no repetitivo a lo que se está tratando.
Los pasos son sencillos, y sin embargo requeriremos de entrenamiento, ya que nuestra reacción habitual, será la de hablar antes de escuchar, pero sin embargo, el beneficio de esta forma de proceder que te propongo, es realmente tan grande, que una vez lo hayas probado una o dos veces, sé que no lo harás de otra forma, ya que su eficacia es realmente fantástica.
Tenemos que tener en cuenta, que habitualmente las propuestas ganadoras en las discusiones, no suelen ser las extremistas, sino aquellas que integran en la medida de lo posible, no porque contenten a más personas, sino porque posiblemente sean las que de forma moderada, resuelvan más ampliamente el problema en cuestión, sin causar otros en la implementación de la solución, ya que buscan sumar lo mejor de cada propuesta.
¿Qué opinas de esta técnica de oratoria, para ganar discusiones? ¿Te es fácil o difícil permanecer en silencio en una reunión? Me encantaría que compartieras tus reflexiones en los comentarios más abajo, así todos podemos aprender mucho más los unos de los otros. Y si te ha gustado e inspirado este contenido, compártelo en tus redes sociales, de este modo juntos, podemos ayudar a muchas más personas a que logren sus objetivos, y sobre todo, mejoren su oratoria, lo cuál redundará en un beneficio para todos ¿no crees?
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Muy buen aporte. Creo que en la mayoría de los casos si estás en una zona de confort, no dar tu opinión es complicado. Hacer otra cosa dependerá que sigas este tipo de estrategias que nos das.
Muchas gracias Paula por tu aportación… totalmente de acuerdo… cuando uno está en la zona de confort, tiene la tendencia a opinar con facilidad…
Un fuerte abrazo Desde La Trinchera!!