Para poder llegar a nuestro máximo rendimiento y además disfrutarlo en plenitud, debemos tener el nivel de energía optimo, y para ello es preciso que descansemos, que nos relajemos. Y como Anatole France ya nos decía hace muchos, muchos años, la clave no está en tirarse en el sofá, sino en cambiar de actividad, hacer algo que física y mentalmente no tenga relación con aquello de lo que deseamos desconectar.
Así mismo lo han recogido Bill Pierce, Scott Murr y Ray Moss en su libro “Corre menos, corre más rápido” (título original “Run less, run faster”). Para poder mejorar tu rendimiento en el running, recomiendan realizar más ejercicios además de correr: “si correr es el único ejercicio que practica, lo que está haciendo es cansar a los mismos músculos todo el tiempo y de la misma manera, lo cual incrementa las probabilidades de sufrir una lesión”, y añaden: “el entrenamiento en múltiples áreas, nos permite alcanzar un enorme volumen de entrenamiento del aparato circulatorio, sin enfocarnos en un grupo de músculos específico. El entrenamiento de múltiples áreas te permite evitar el aburrimiento y el desgaste, y te mantiene vigorizado para el entrenamiento”.
Este aprendizaje aplicado al running, también puede aplicarse a otras áreas. Por ejemplo, ¿quieres llevar tu productividad al máximo rendimiento? no se trata de saberlo todo en ese área, de leerse todos los libros de la temática. Tal vez ayude el aprender sobre innovación o creatividad, porque si aprendes nuevas herramientas para hacer las cosas, muy probablemente termines siendo más eficiente y productivo a la hora de realizar tu trabajo, ¿no crees? Y por supuesto, la mejor forma de maximizar tu rendimiento no es seguir trabajando en lo mismo hasta llegar a la extenuación.
O si quieres ser el mejor en tu sector o industria, no se trata de siempre utilizar las mismas fuentes de información, se trata de ver qué hacen en otros sectores y cómo puedes aplicarlo en el tuyo, qué te enseñan otras industrias que puedas aplicar a la tuya.
Un ejemplo cuanto menos curioso, lo tienes en cómo los japoneses resolvieron una plaga de medusas de 2 metros y 200 kilos, una plaga en toda regla. Esto lo leí en un blog de cocina, y yo no soy precisamente cocinero, pero me aportó inspiración para ver las cosas desde otra perspectiva y así me hizo mejor en mi trabajo.
Es importante que en este sentido, actúes de forma premeditada, no lo dejes al azar, es decir, organiza el día de forma que te permita, pasar de momentos de máximo rendimiento a otros de relajación, pero no por ello menos productivo, y de esa forma, podrás tener energía suficiente para terminar el día y mucho más. Por ejemplo, en mi caso en ocasiones, trabajo sentado en mi despacho, pero cuando estoy dos horas aproximadamente, me levanto y me voy a dar un paseo, y aprovecho ese paseo para hacer llamadas, o revisar la redes sociales, o pensar sobre algo. En mi caso, andar me ayuda a ser mucho más creativo, las mejores ideas se me han ocurrido, cuando tenía el cuerpo en movimiento. A veces sencillamente cambio el despacho de mi oficina al sofá de una cafetería, y en el trayecto ya estoy poniendo el cuerpo en movimiento, y al cambiar también el entorno de trabajo, lo que veo, oigo y siento cambia, por lo que mi productividad y creatividad es aún mayor.
¿Cómo vas a organizar tu día, para alcanzar tu máximo rendimiento y además disfrutarlo plenamente? Comparte tus reflexiones e ideas en los comentarios, así juntos podremos aprender mucho más. Si este contenido te ha gustado, compártelo en tus redes sociales, juntos podemos ayudar a muchas más personas, a que lleven sus vidas al máximo y disfruten el proceso.
Aquí tienes un cuaderno de trabajo que te he preparado, para ayudarte a organizar tus actividades de forma que maximices tu energía y disfrute al realizarlas.
¡Bátelo ahora! Leer no es suficiente, tienes que ponerte en acción para que realmente, puedas provocar cambios en tu vida y en tu desempeño, que te lleven a un nivel superior de rendimiento.