Nuestro mundo se renueva cada vez con más y más frecuencia, pero nuestros más profundos comportamientos, son muy, muy antiguos. Ya nos lo decía hace siglos el barón Montesquieu, el filósofo y jurista francés: «Queremos ser más felices que los demás, y eso es dificilísimo, porque siempre les imaginamos mucho más felices de lo que son en realidad”.
Y además, ésta es una de las mayores barreas, para alcanzar nuestro máximo rendimiento, el estar constantemente comparándonos con otros. Ya que lo habitual es compararse, con aquellos que han logrado más que nosotros, y en esa comparación, siempre salimos perdiendo. Surgen emociones que debemos evitar a toda costa, como la envidia, sentir que valemos menos, sentir que es muy difícil para nosotros alcanzar esos logros, etc.
Ésta es nuestra habitual e inmediata reacción, pero no es la única posibilidad. También podríamos ver en esa persona, un ejemplo en el que inspirarnos, ver un modelo a seguir, como si de un “manual paso a paso” se tratara, “si él lo hizo, yo puedo hacerlo”. Pero para que esto se dé, de forma genuina, real, auténtica, tengo que poder “abrazar” emocional y racionalmente, a esa persona y sus logros, es decir, tengo que despejar totalmente cualquier síntoma de crítica o envidia hacia ella, y verla como un maestro para mí, como alguien que tiene algo que aportarme, enseñarme, para poder dar un avance en mi vida.
Esto no funciona solo de teoría, hay que integrarlo y sentirlo de verdad, porque si no es así, realmente no prestarás atención a lo que puedes aprender, y tu mente se irá a las críticas y justificaciones, que no serán una gran ayuda para aumentar tus posibilidades de progreso.
El primer paso en esta dirección es alegrarte por sus éxitos, alegrarte con total honestidad, y desde ahí con humildad, ver qué puedes aprender. No importa quien seas tú o hayas logrado, o quien sea la otra parte o haya logrado en general, en este punto concreto, y durante un tiempo, podrá convertirse en un maestro para ti, ya que ha conseguido algo que tú aún no. Esto no desmerece tu posición social o profesional, ni te rebaja, todo lo contrario, te alza como ser humano.
Además, como bien decía Montesquieu, «es imposible ser mejor que los otros”, ya que aunque en la realidad pudiera ser así, nosotros siempre nos encargaremos de compararnos con alguien mejor, con alguien que al menos en un aspecto concreto, haya logrado cosas mejores que nosotros. Y si no, tampoco importa, ya que nuestra mente se asegurará de verlo así, aunque no sea cierto.
No olvides, que el césped del vecino se ve siempre más verde, desde ambos lados de la valla. Para ambos vecinos.
O en las colas, ya sean del supermercado o de la autopista o de donde sea, siempre parece que la otra avanza más rápido, y cuando te cambias, siempre parece que la otra avanza más rápido, y siempre es así, por más veces que te cambies, ¿a ti también te pasa? No te preocupes, nos ocurre a todos, así es como nuestro cerebro funciona.
Y ahora que sabes esto, es el momento en que interpretes con relativa importancia, estas percepciones de éxito ajeno, de que las abraces y te alegres por ellas, y aprendas, para después, ser tú quien inspire a otros por tus nuevos logros.
¿Qué opinas de esto que te he contado? Me encantaría conocer tus reflexiones, puedes dejarlas más abajo en los comentarios, así todos juntos podemos aprender más los unos de los otros, e inspirarnos con total humildad. Y si te ha gustado y aportado este contenido, te invito a que lo compartas en tus redes sociales, para que muchas otras personas puedan inspirarse, y así, si es posible, mejorar un poco sus vidas. De esta forma, me ayudas a ayudar a muchas más personas.
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Muy buena reflexión Fernando . Creo que la comparación puede ser maligna y no permite ser feliz. Nos tenemos que aceptar tal como somos y disfrutar de ello . Enhorabuena por tu trabajo! Mi modesta admiración .
Muy buenas Santi!!!!!!
que alegría leerte por aquí!!!! Ya me dijo JH que os visteis!!!! que bueno…. :)))))))
Si…. muchas veces es así, llevándonos a perder la felicidad que podemos tener y a desvalorizar nuestros propios éxitos….
Pero hay buena noticia!!!! podemos cambiar!!! jejejeje no es fácil, pero es posible…. ;))))
Muchísimas gracias!!! admiración mutua, de todo corazón…. :)))))
Te mando un fortísimo abrazo y muchas gracias por estar siempre ahí, en La Trinchera!!!!!!! ;))))
Totalmente de acuerdo contigo Fernando.
Me encanta esa frase de Montesquieu, retrata perfectamente la naturaleza humana!
Parece que es una tendencia irremediable la de compararnos siempre con los demás y sentir una mezcla de inferioridad y envidia hacia otras personas que aparentemente les va «mejor que a nosotros». Pero esto sólo consigue hacernos sentir mal, infravalorarnos y alejarnos de aquello que queremos conseguir.
Por eso procuro alegrarme de los éxitos de los demás y en vez de criticar o sentir envidia ver cómo lo está consiguiendo y aprender.
Buen artículo! Un abrazo!
Muy buenas Rafa,
Si… es una pena la verdad… pero constantemente nos comparamos para perder…. lo que nos mina muchísimo….
Si, en mi opinión esa es la actitud…. y además es la mejor forma de mejorar…. valorar el éxito, propio o ajeno, y buscar cómo mejorar constantemente…… 😉
Muchas gracias Rafa!!!! Un fuerte abrazo Desde La Trinchera!!!!
Me encantó, es muy valioso poder encontrar temas y artículos con contenido innovador y desde una mirada distinta.
Éxito en todo.
Saludos Cordiales.