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El enemigo número uno del máximo rendimiento

Erasmo de Rotterdam, definió un preciso principio, para maximizar tu rendimiento empresarial, cuando dijo: “El colmo de la estupidez es aprender, lo que luego hay que olvidar». Efectivamente es así, ¿para qué hacer algo, que luego se va a dejar de aprovechar?

Sé que puede haber muchos motivos, para responder afirmativamente a esa pregunta, pero paremos un momento a pensarlo, estamos de acuerdo que en esta vida, no nos va a dar tiempo a leer, todo aquello que sería interesante leer, tampoco nos va a dar tiempo a hacer, todas las cosas que serían interesantes hacer, ni a dedicar tiempo, a todas las cosas o personas que sería deseable ¿verdad? El tiempo del que disponemos en esta vida, es muy finito, y las opciones para utilizarlo son infinitas. Esto es un hecho, que además es válido, para Elon Musk, Bill Gates, Donald Trump y para ti o para mi.

Lo que logremos en esta vida, se verá directamente afectado, por aquellas cosas a las que decidamos prestar atención y también por aquellas, a las que decidamos no darles un trozo de nuestro preciado tiempo. Y esto es algo que hacemos constantemente, conscientes de ello o no.

En el caso de una actividad que realizamos inconscientemente, como si de un barco con un timón que gira aleatoriamente se tratara, llegaremos a algún lado, pero sólo hasta el final no sabremos si ese inconsciente azaroso destino nos ha llevado a donde queríamos ir.

En caso de que sea una actividad consciente, tendremos muchas más posibilidades, de llegar al puerto que deseamos. Aunque durante el recorrido, el viento, el mar u otras circunstancias, nos empujen en cualquier otra dirección, podremos tomar las decisiones precisas, para hacer los ajustes necesarios y retomar el rumbo deseado.

Pero no es tan sencillo, sería bueno que fuera así de fácil, ¿verdad? En ocasiones nos encontramos con trampas de la mente, de nuestra mente. Como cuando hacemos algo, porque es lo que se espera de nosotros, o porque todo el mundo lo hace, aunque creamos que no deberíamos hacerlo, al menos en ese caso. Muchas veces actuamos por inercia o porque es lo “normal”, lo que podría esperarse.

Te pongo un ejemplo, se trabaja de lunes a viernes y se descansa sábado y domingo, esto es un hecho, podría decirse que la mayor parte del planeta funciona así, y por lo tanto, nosotros tendemos a hacerlo así. Nada más lejos de la realidad. Puede que en tu caso sea la mejor configuración, para dividir la semana laboral y de descanso, pero puede que no lo sea, puede que sea mejor trabajar de martes a sábado, o de jueves a domingo, dedicando 12 horas al día. No lo sé, eso solo tú puedes saberlo, yo por mí parte, puedo decir, que muchas veces soy más productivo en fin de semana y disfruto tres veces más, cuando descanso entre semana. Los viajes son más baratos, cuando el resto está trabajando, los museos tienen menos cola, para entrar en días laborables, el cine es más barato, y así podría seguir con un largo etcétera.

¿Pintarías una pared, que sabes que mañana será derribada, al realizar la reforma de tu casa? evidentemente no, ¿verdad? y ¿cuántas cosas has hecho, aun sabiendo que no es productivo o rentable? ¿Cuántas horas dedicas a las redes sociales? ¿Son todas esas horas de provecho en algún sentido? ¿A cuántas reuniones asistes, sólo por no “quedar mal”? ¿Has atendido a clientes, o prestado servicios que sabías, que no iban a ser rentables? ¿para qué lo hiciste?

En muchos casos malgastamos lo más preciado que tenemos, que son dos cosas: 

  1. Nuestro tiempo
  2. En qué ponemos atención durante ese tiempo

Recuerda que como dijo Erasmo de Rotterdam, el colmo de la estupidez es aprender, lo que hay que olvidar, y así mismo, el colmo de la estupidez es hacer aquello, que no tiene un claro valor en el corto, medio o largo plazo.

Si deseas maximizar tu rendimiento y además vivir con plenitud, el sentido de lo que haces tiene que ser consciente, tiene que tener una utilidad, porque si no sientes que es provechoso, si no tienes claro para qué haces lo que haces, más pronto que tarde, comenzarás a sentirte frustrado, y comenzarás a perder el propósito que hay en lo que haces, y esto es el comienzo para perder el foco, la ilusión y la inspiración.

¿Te has sentido reflejado, en lo que aquí te cuento? ¿Sientes que haces cosas, que no tienen utilidad y pierdes el foco en lo importante? Me encantaría conocer tus reflexiones, puedes dejarlas más abajo en los comentarios, juntos podemos aprender mucho más. Y si consideras interesante este contenido, te invito a que lo compartas en tus redes sociales y así juntos podemos inspirar y ayudar a muchas más personas a maximizar sus resultados.