Un líder ha de ser benévolo, lo que no significa que no deba tomar decisiones difíciles e impopulares, y por éstas, no significa que no aprecie y valore a su equipo. Todo ello es compatible entre sí, y necesario para poder ejercer un liderazgo eficiente y práctico.
Según la R.A.E., benévolo describe a «alguien que tiene buena voluntad o simpatía hacia otras personas o sus obras», y ademas yo añadiría los matices que el poeta español Antonio Machado aportó: “Benevolencia no quiere decir tolerancia de lo ruin, o conformidad con lo inepto, sino voluntad de bien».
Y como tantas otras cosas, en su exceso o defecto también son perjudiciales, aquí está lo difícil, saber cuál es esa justa medida, que genera equilibrio y nos permite avanzar.
Un líder ha de saber reconocer el buen trabajo (tal vez ésta sea la parte más fácil, reconocer lo evidente), y también ha de saber reconocer la buena actitud o la buena intención, más allá del resultado, y especialmente cuando éste, no es lo bueno que sería deseable. Y también ha de saber, dónde está el límite de su benevolencia y ha de quitar del equipo, a alguien de lejos de ayudar en el avance, insistentemente supone trabas y retrasos.
Te debes el sueño común que une y motiva al equipo, a seguir trabajando para lograr los resultados deseados. Y esto también requiere que ayudes, a que el equipo de talento que apoye el proyecto, sea el adecuado, aunque esto requiera tener que reestructurar al equipo, por el bien común.
En verdad, yo lo veo como seguir siendo benévolo, es decir, si una persona no está aportando todo su buen hacer a tu proyecto, el liberarle del mismo, le da la oportunidad de buscar otro proyecto, con el que sí se sienta más identificado y tal vez, sí desee aportar todo su talento. En muchas ocasiones, aunque no estamos bien en una situación, el dar el paso adelante e irnos, nos cuesta trabajo. En el caso del líder, ese es un paso que no debe dudar en ayudar a dar, si se estima necesario. El acto no es algo maligno, sino como algo necesario y por el bien común, incluido el de la persona que separan del equipo.
No podemos olvidar, que en los objetivos del líder no está el ser popular, sino que ésta, es una consecuencia de un buen liderazgo, una consecuencia de ayudar a otros a lograr sueños, y guiarlos en la consecución de metas mayores.
¿Tienes en tu equipo a alguien, que podría ayudar más con su ausencia que con su presencia? ¿lo apartarías? Me encantaría leer tus reflexiones en los comentarios, el aprendizaje en comunidad, es mayor que el realizado de forma individual. Y si te ha gustado y aportado este contenido, te invito a que lo compartas en tus redes sociales, de ese modo, juntos, podemos ayudar a muchos más líderes a mejorar su forma de ejercer ese liderazgo.