No es nada nuevo, hace ya muchos años el político hindú Jawaharal Nehru nos lo dijo, cuando las crisis y los momentos difíciles llegan, tienen por lo menos una ventaja: nos obligan a pensar.
Aunque no necesariamente es así para todo el mundo, pero si que es recomendable que así sea, porque sino realmente tenemos dos problemas, el que nos ha llevado a esa crisis, y que no aprenderemos mucho de ella, por lo que la probabilidad de volver a cometer los mismos errores será alta.
En esto hay dos formas de verlo, hay quién, como Jawaharal dijo, piensa que nos rompemos más la cabeza para saber qué ha sucedido y ver como resolverlo cuando nos duele, yo pienso así. Y por otro lado, también hay quién cree que no tiene porque ser así, no tiene desde luego que ser así, y que en ambos casos se puede sacar provecho. Cierto es, ahora bien, de verdad cuando has tenido éxito en algo, ¿te has parado a pensar qué te llevo a ese éxito o te has puesto a celebrarlo? y si lo has pensado, ¿con qué nivel de profundidad y detalle? Estarás de acuerdo conmigo en que en general cuando algo nos sale bien, nos ponemos a celebrarlo y no dedicamos tanto tiempo a pensar qué sucedió para que así fuera. Lo que esta bien, genial de echo, pero es también mejorable, ¿te imaginas los enormes aprendizajes que se obtendrían si pudiéramos implantar un procedimiento para analizar cada resultado obtenido en nuestra empresa, sea este bueno o malo?
Como ya sabes, en una empresa, el ideal es no dejar las cosas al azar, ya que de ser así, nunca podremos predecir los resultados, y necesitamos minimizar los riesgos y aumentar las probabilidades de éxito, por lo que es imprescindible, crear procedimientos que nos permitan repetir los éxitos, que hayamos tenido en el pasado, así como analizar nuestro desempeño, para ver dónde hay que mejorar.
Pongamos un ejemplo fácil, habitualmente solemos compartimentar los trabajos que realizamos en una empresa en proyectos, por lo que podríamos determinar, un proceso para analizar cada proyecto al finalizarlo, igual que hay que emitir factura, y otras tareas al llegar a su fin, que una de esas tareas, sea un rápido y sencillo análisis, de qué se ha hecho bien y qué es mejorable. Si creamos una sencilla plantilla con la información a rellenar, será mucho más fácil.
Te pongo unos ejemplos, de lo que podría contener ese pequeño formulario, información que podría ser relevante para analizar:
- Retraso o adelanto en su finalización según fecha prevista, y sus motivos.
- Rentabilidad del proyecto, y sus motivos.
- ¿Qué es lo que mejor hemos realizado?
- ¿Qué es lo peor que hemos hecho?
- ¿Qué ha valorado más el cliente?
- ¿Qué ha valorado menos?
El ideal es que esto, sea cumplimentado al menos por el responsable del proyecto, y si el trabajo ha tenido suficiente envergadura, tal vez merezca la pena una reunión, de todos los que han intervenido, y que este formulario se cumplimente conjuntamente. Puede ser una labor que no tendría por qué llevar más de 1 hora, y sin embargo, el valor a medio y largo plazo para la organización, puede ser realmente crucial.
Además, no podemos olvidar el tipo de actitud y cultura empresarial, que se está creando al proceder con este tipo de análisis. Esta tarea repetida continuamente, generará un saber hacer único en la empresa, y facilitará que esté constantemente mejorando.
¿Qué opinión tienes de realizar este tipo de análisis? ¿te ves implementándolo en tu empresa y en tus proyectos? ¿por qué sí? ¿por qué no? me encantaría conocer tu opinión al respecto más abajo en los comentarios, entre todos podemos aprender mucho más. Y si te ha parecido interesante este contenido, te invito a que lo compartas en tus redes sociales, juntos podemos ayudar a que muchas más empresas mejoren día a día, y con ello mejoramos todos.