Recientemente he viajado a Roma por trabajo y he volado con dos compañías distintas a la ida y a la vuelta, la primera de logotipo azul fue todo sonrisa, amabilidad y atención, la segunda de logotipo amarillo, no mostraron su capacidad de sonreír, al menos yo no la vi ni una sola vez en lo que duró el trayecto.
¿Qué precio pagamos por no sonreír?
Ni que decir tiene que de cara a los clientes, cambia totalmente la experiencia del vuelo en este caso, o cualquier otra experiencia que los clientes vivan al interaccionar con una empresa, lo que antes o después se termina trasladando a las cuentas de resultados, al famoso ROI, al marketing del boca a boca, etc. sino que además se transfiere a la salud de la empresa.
Las empresas tienen una salud que no puede medirse en una hoja de cálculo, una salud del estado físico y anímico de las personas que la forman, las mismas que en un momento dado pueden caer enfermas y aumentar los costes, o ser creativas e innovadoras y ahorrar gastos u optimizar procesos, siendo así más competitivas.
Entonces podría asaltar la pregunta ¿de quién es la responsabilidad?
De todos, la sonrisa cada empleado debería poder traerla de casa, la sonrisa debería ser fomentada por la cultura empresarial, la sonrisa debería ser un regalo que los clientes hagamos a las personas que nos atienden, la sonrisa es un regalo de mínimo coste (solo un poquito de energía y musculatura facial es precisa).
Además, los beneficiados somos todos, porque al final de cuentas, ¿Qué es la vida?
La vida es una experiencia, así que mejor vivirla sonriendo, a no ser que tengas otros planes.
Imagen: akiko-jinsai
17 Comments
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Precioso post,Fernando. Una sonrisa invita a la comunicación y al respeto-y también a las buenas maneras-. Aunque a veces nos cueste, porque hay días y días…, tenemos que interiorizar el gesto para que surga espontánea y fácilmente, y para ello: practicar, practicar,practicar!
Mª José,
muchas gracias… se coge el ritmo de sonreír muy rápido…. solo es ponerse!!! ;)))))
Muchas gracias por pasarte por La Trinchera!!!
Interesante reflexión
Pero estoy convencida que, en el caso de las aerolíneas tener a los trabajadores contentos tiene un coste. O mejor, se pueden reducir los costes no molestándote en cómo se sienten los trabajadores.
La pregunta, que ya ha surgido en twitter alguna vez, es ¿Nos importa? Si tienes que hacer un trayecto, Madrid Roma, por ejemplo, a la misma hora y las dos compañías lo hacen pero una es amable y cuesta 60 euros más, ¿la elegirías?
No digamos ya si la aerolínea antipática te va mejor en horario. O si es la única que existe.
Las compañías de autobuses o de cercanías se pueden ver influenciadas por la atención al cliente. Es posible que los posibles usuarios hagan un esfuerzo extra por ir en su propio coche o que se organicen para compartirlo. Pero, en avión, ¿es posible evitar una compañía antipática?
Otra cosa es que consumas menos en el trayecto o que no compres su merchandaising. Pero, ¿Influye en el balance económico?
Estefania,
pues son varias cosas… yo por un lado pienso que la sonrisa y amabilidad no tiene precio, no cuesta dinero, y quién más gana es quien la da, ya que facilita el que también se la devuelvan, esto es la persona, no la empresa… es una pena que no nos demos cuenta, quien pierde es la persona no la empresa.
En cuanto a elegir una u otra, dentro de mis posibilidades elijo aquella en la que me siento mejor, en definitiva lo hacemos la mayoría, eso si, en función de nuestras posibilidades económicas, lógicamente.
Y en mi opinión siempre se gana más, la compañía gana más… es la base de negocio de Starbucks, entre otros negocios… el cuidado del cliente, Apple es otro ejemplo clásico de este mimo al cliente, y en ambos casos su facturación lo nota y mucho…
Muchas gracias por pasar por La Trinchera y aportar!!! 😉
Como siempre que aterrizo en un post tuyo… buena reflexión. Siempre he creído en el dicho «la sonrisa enriquece al que la recibe, sin empobrecer a aquel que la da. Nadie es tan rico que no la necesite, ni tan pobre que no pueda darla»
Un abrazo Fernando(y una sonrisa ;))
@Montse_Summum
Montse,
Muchas gracias…
WOW me encanta…..
“la sonrisa enriquece al que la recibe, sin empobrecer a aquel que la da. Nadie es tan rico que no la necesite, ni tan pobre que no pueda darla”
Muchas gracias por compartirla…
Muchas gracias por pasar y aportar en La Trinchera!!
hola la verdad acabo de conocer de usted pues en este momento me siento mucho mejor tube dias pesimos donde ya ni sonreia mis amistades lo notaron pues la verdad eh sido una persona alegre y demasiado sonriente pero entre en una crisis emocionalmente terrible donde ya ni me importaba nada imcluso me molestaba ver la gente bien me volvi un ser egoista y amargado….hasta queme di cuenta queno podia continuar asi y trate de desahogarme conmigo misma y por ratos me sentia bien y volvia a decaer….lo descubri a usted y otras cosas que me agustado leerlas pero lo mejor fue lo de la sonrisa gracias….COLOMBIA-MEDELLIN
Erika,
Muchas gracias… me alegra percibir que aunque has tenido un camino complejo, ahora estas más enfocada en otra dirección… te animo a que sigas trabajando en ti y en tu bienestar, como no también a través del bienestar de las personas que están a tu alrededor…
Muchas gracias por pasar por La Trinchera y compartir…
Fernando,
Excelente tu reflexión, una sonrisa puede hacer una gran diferencia y como bien dijiste, la inversión es mínima.
En mi caso particular, soy docente universitario, y cada vez que un alumno me hace una consulta, viene a entregar o retirar un trabajo, rinde un examen o lo que sea, trato de sonreirles siempre. Asi, las relaciones se vuelven mucho más fuertes y vienen más motivados a clase.
Saludos!
Germán,
que gran ejemplo… ojala algún día todos tus colegas y compañeros hicieran lo mismo, como cambiaría la educación… la motivación también sería mayor seguro…
Gracias por pasarte por La Trinchera y aportar!
Fernando:
Totalmente de acuerdo, probablemente sea la inversión más rentable para cualquier compañía..
Recuerdo el vuelo de vuelta hace un par de meses. Compañía logo azul. Control más que riguroso de equipaje con amabilidad justita por parte de los empleados y con todo el pasaje a punto de perder los nervios…
Ya en vuelo, el sobrecargo, con el sentido del humor espectacular que empezó riéndose por las costumbres de su propia compañía consiguió que se consiguiera olvidar el incidente inicial.
Curiosamente, en el mismo trayecto comportamientos del pesonal totalmente distintos. Y en el viaje de ida con la misma compañía no recuerdo nada destacable. Ni en contra, ni a a favor.
Con lo que pudiendo ser la amabilidad, la simpatía valores corporativos en algunas compañías, deben de preocuparse por implantarlo de forma homogénea en todos los niveles pero al final son las personas las que tienen la responsabilidad de asimilarlos.
Saludos¡
Gonzalo,
si… al final aunque desde arriba puedan y deban de hacer… somo nosotros, las personas las que decidimos cuál es la actitud con la que queremos vivir cada día…
Gracias Gonzalo por pasar por La Trinchera y comentar!
Totalmente de acuerdo Fernando. Las emociones se expresan físicamente a través de las expresiones faciales. Una de las emociones básicas es la alegría y la sonrisa es una de sus manifestaciones.
Tendemos a imitar las expresiones de otros. Si vemos a alguien llorando nos ponemos tristes, y si vemos a alguien sonriendo…. pues nos contagiará esa emoción y eso influirá positivamente en nuestra relación con esa persona.
Sonríe a la vida y la vida te sonreirá a ti. Os lo dice una que sonríe muchísimo.
Saludos!!!
Susana,
Muchas gracias por pasarte por La Trinchera y compartir tu reflexión!! ;)))
“Las empresas tienen una salud que no puede medirse en una hoja de cálculo, una salud del estado físico y anímico de las personas que la forman, las mismas que en un momento dado pueden caer enfermas y aumentar los costes, o ser creativas e innovadoras y ahorrar gastos u optimizar procesos, siendo así más competitivas”.
Fernando, me parece excelente esta comparación, la he usado en ocasiones para explicar esta situación. Muy esclarecedora. Muchas Gracias.
Virginia,
Muchas gracias a ti por pasarte y compartir en La Trinchera! 😉
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