Huimos del fracaso, como si fuera una enfermedad. Tememos el fracaso como si fuera el final. Podemos afirmar que fracaso, es una palabra que nos gustaría eliminar del diccionario y de nuestra vida. Pero esto, es solo si lo vemos desde la perspectiva negativa, del resultado que conlleva. Ahora bien, mencióname una sola persona de éxito, que no haya tenido fracasos. Es más, muéstrame una sola persona de éxito, en cualquier ámbito, que no se haya apoyado en sus fracasos, para alcanzar metas más altas.
Así es, y Henry Ford, nos lo recuerda muy claramente, hay muchas formas de entender un fracaso, una de ellas, es como una oportunidad de volver a empezar con más inteligencia, otra es verlo como un aprendizaje, en definitiva, como un reajuste de rumbo. Nosotros tenemos la libertad de interpretarlo como deseemos, y en consecuencia somos responsables de cómo este entendimiento influye en nuestra mente y en nuestros actos. Por que no nos engañemos, el significado que damos a lo que nos sucede, determina cómo actuamos en consecuencia, y esto determina nuestros resultados, y por ello está en juego nuestra felicidad y bienestar.
Pensaras, es lógico, depende de la importancia que tenga para mí. Claro, hay muchas más variables en juego, que nos hacen cambiar nuestra visión de lo que representa. Ahora bien, en todos los casos, eres tú quien decide, ¿no es así? Como así es, entonces puedes cambiar la decisión, de verlo como ahora mismo lo estas viendo, y comenzar a vivir el fracaso en alguno de esos ámbitos, de otro modo, ¿no? Y no te digo de cambiarlos todos, no hablo de cambiar por cambiar, hablo de optimizar, de mejorar, de progresar. Si como te tomas un fracaso profesional, no te ayuda, ¿por qué no buscar otra forma de entenderlo, que te permita seguir avanzando, mejorar en definitiva? Henry Ford nos da una idea, pero tú puedes crear la tuya propia.
Es como un mapa de carreteras, el mapa no cambia, los hechos son los hechos, ahora bien, según tú gires el mapa, tu situación con respecto a tu destino, cambiará. Lo mismo sucede con tus objetivos. No son estos los que deben cambiar, sino tu aproximación a ellos. Puede que no aciertes a llegar a ellos a la primera, pero lo importantes es que gires, e interpretes el mapa las veces que haga falta, hasta que veas un claro camino de cómo alcanzarlos. Exactamente como haces cuando estás viajando (aunque ahora con los GPS ¿quién usa aún los mapas?).
Me encantaría que compartieras más abajo en comentarios, tus distintas interpretaciones de lo que es el fracaso para ti. ¿Cuántas formas de vivirlo tienes?
Y si te ha gustado y aportado este contenido, me encantaría que lo compartieras en tus redes sociales y así juntos, podemos ayudar a que muchos más emprendedores puedan lograr progresar sin rendirse, por los baches del camino.