Si, puede parecerte atrevida la afirmación, pero es así.
Si te preguntara ¿qué haces en el trabajo? ¿Qué responderías?
Es importante que te tomes un tiempo y escribas en un papel la respuesta.
Con toda probabilidad lo que me respondes puedo adivinarlo, has escrito una lista de tareas, de actividades. Eso es lo que has pensado o escrito, es lo que constantemente piensas que haces, es en lo que piensas que consiste tu trabajo, ¿no es así?
¿Hacer esas tareas te emociona?
¡La motivación es emoción!
Y ahora te planteo otra pregunta ¿Qué resultados produce el trabajo que haces? Escríbelo también.
¿Esos resultados que produces te emocionan?
Pensar en resultados en lugar de tareas puede cambiar tu motivación y tu actitud ante el trabajo. Y guiar a tus colaboradores desde los resultados que esperas en lugar de a través de las tareas que quieres, también puede cambiar y mejorar el rendimiento de la empresa.
Imagen: optimal tweezers