Lo confieso, estoy enamorado de los libros, los leo, los recomiendo, los regalo, los consumo en todo momento y en cualquier lugar. A través de ellos aprendo, me evado, y me adentro a lugares y mentes que de otra forma sería imposible. Me hacen pensar, me hacen pararme, descansar, tomar nuevas perspectivas, e incluso muchas veces me hacen soñar que otra forma de hacer las cosas es posible.
Hay muchos libros que yo recomendaría, desde la novela de «Dune» de Frank Herbert, donde no solo se recorre un universo distinto al nuestro, sino que además se pueden aprender muchas cosas de desarrollo personal como es la gestión del miedo.
Libros de ensayo como «Felicidad» de Tal Ben-Shahar, que nos da otra perspectiva de como alcanzar al felicidad.
Durante el año leo muchos libros de ensayo, y es en verano, en vacaciones cuando aprovecho para leer novelas, en muchos casos que nada tengan que ver con los trabajos que desempeño durante el resto del año, porque no solo ha de descansar el cuerpo, también la mente, y la mejor forma de ayudarla a que descanse es distraerla con otro tipo de contenido que no requiera de pensar, por ejemplo con alguna novela de piratas, policíaca u otro tema, que nada, nada tenga que ver con el quehacer diario.
De este modo se vacía y se relaja, y así a la vuelta al trabajo esta preparada para tener una mayor creatividad y rendimiento.
Además, me gustaría compartir un poema de Mario Benedetti donde nos muestra su pasión por estos pequeños objetos llenos de tinta y madera prensada:
Quiero quedarme en medio de los libros
vibrar con Roque Dalton con Vallejo y Quiroga
ser una de sus páginas
la más inolvidable
y desde allí juzgar al pobre mundono pretendo que nadie me encuaderne
quiero pensar en rústica
con las pupilas verdes de la memoria franca
en el breviario de la noche en vilomi abecedario de los sentimientos
sabe posarse en mis queridos nombres
me siento cómodo entre tantas hojas
con adverbios que son revelaciones
sílabas que me piden un socorro
adjetivos que parecen juguetesquiero quedarme en medio de los libros
en ellos he aprendido a dar mis pasosA convivir con mañas y soplidos vitales
a comprender lo que crearon otros
y a ser por fin
este poco que soy.
Imagen: lensfusion
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El poema, precioso, tu escrito también. Ambos los comparto. Un abrazo.
Muchas gracias por compartirlos… entre todos sumamos más!!
Muchas gracias por pasarte por La Trinchera!
Fer
Gracias por el poema; en cuanto al tema, cómo no tener siempre un libro a mano. uno de mis mejores momentos cuando me veo circulando, ojeando y hojeando por una libreria: Cálamo, Casadellibro, Libreria General, incluso Fnac y ECI.
Compartimos afición y gusto por los «templos» de las palabras envueltas en papel…. ;))
Que buenos esos paseos… y que caros a veces ;D
Muchas gracias por pasar por La Trinchera!! 😉
Fer