Todas las historias tienen mil caras, nosotros siempre, somos los constructores de nuestra historia.
Es cierto que en ocasiones la vida nos cambia las reglas del juego, pero ello no significa que ya no podamos jugar, que no podamos seguir persiguiendo nuestros sueños, solo es un cambio de camino, pero podemos seguir deseando y trabajando por llegar al mismo destino.
Hace unos días a través de mi buen amigo Alvaro Álvarez me llego el vídeo de Alan Kempster, una persona que en 1990 tuvo un accidente de moto con un conductor ebrio que se dio a la fuga dejandole con el brazo y pierna derechos amputados. Esto no fue suficiente para seguir con su sueño de competir en motocicleta, y aunque se encontró con miradas escépticas y diversas barreras por el camino, no cedió y continuo luchando y trabajando hasta lograr su sueño. Gano la primera carrera que gano.
No importa si gano muchas más carreras o si no fue así, importa que quería lograr algo y lo logró, se demostró a sí mismo y al resto del mundo que prácticamente nada puede pararte si tienes la firme convicción de lograr tu sueño.
Es importante medir los esfuerzos, sopesar alternativas, ver que opciones tienes, revisar constantemente si te estar acercando o alejando del resultado que deseas, y en caso de alejarte cambiar la estrategia, pero siempre, siempre sigue adelante, nunca desistas, hay muchísimos ejemplos como el de Alan que nos muestran que otra vida es posible: has de soñarla, decidir ponerte en acción y avanzar.
Enlace a vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=dl8ZY0LI7JU
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