Con el puño cerrado no se puede intercambiar un apretón de manos.
Indira Gandhi, Primera Ministra de la India
Muchas veces nos molesta como se comporta una persona con nosotros, como nos contesta, como nos mira, etc. Y yo me pregunto si nos paramos a pensar, a darnos cuenta de ¿cómo nosotros nos acercamos a ella?, tal vez no en esta ocasión, tal vez en otras ocasiones anteriores.
Miramos tanto hacia afuera que no nos damos cuenta de nuestro propio comportamiento, y en este sentido muchas veces, como decía Gandhi, nos acercamos a alguien a que nos dé un apretón de manos, sin darnos cuenta de que llevamos el puño cerrado.
La próxima vez que alguien te reciba de un modo que no esperas, observa con sinceridad cual era tu actitud, cual era tu fisiología, tu tono de voz, etc. porque seguramente de algún modo estés participando.
Y si no consigues ver en que participas, en cualquier caso muestra de la forma más visible posible tu amabilidad y cercanía, facilitaras que la otra persona se relaje y cambie su comportamiento.
El ser humano quiere estar bien por naturaleza, ayuda y serás ayudado.
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Excelente!!! sobre todo para estas fechas de reflexión. Somos espejos y los otros son espejos, por lo tanto lo que vemos es un reflejo nuestro. Si brindás una sonrisa, seguramente quien tenés enfrente te sonreirá.
Gaby:
así es…. ¿qué quieres reflejar hoy? 😉
Juanra:
jejeje curiosa forma de expresarlo…. jejeje…. así es… o al menos, así lo creo yo también… 😉
Pablo:
yo sin embargo lo veo de otro modo, somos «perfectos» como somos, tampoco hay que machacar la autoestima, digamos que tan poco estamos tan mal así… todo es mejorable y «empeorable», y lo que el otro refleja es lo que somos, y viceversa…. siempre es así, nosotros podemos ayudar a cambiar una actitud cambiando la nuestra, y los otros también pueden hacerlo a la inversa… esta claro que no es algo simple, más bien es complejo, pero en la práctica es bastante sencillo… y no hay nada como probar, prueba a sonreir con sinceridad cuando te encuentres a alguien que venga con mal humor, y veras como pasado el tiempo termina cambiando su humor 😉 y cuando lo pruebes ¡luego nos cuentas!
Un fuerte abrazo a los tres!
Fer
Cierto. A veces lo que nos dan es justo lo que estábamos pidiendo, ni más ni menos.
El problema es si el que mira al espejo reconoce que es el mismo el que se ve? Y si ambos son culpables quien es el espejo de quien? Primero se debe reconocer que no somos perfectos y despues podemos ver que es lo que reflejamos