Pasamos la vida profesional e incluso la personal, corriendo de un lado para otro, de un objetivo a otro, de una meta a otra, como pollos sin cabeza, y la verdad es que no siempre, alcanzamos a vislumbrar la perspectiva que dan los años y la distancia. Y es que al final, algo que nos preocupará y nos importará más, es el legado que dejamos detrás, es si el resultado del conjunto de cosas logradas, ha servido para algo, ¿ha ayudado a más personas? ¿alguien se beneficiará de nuestro paso por este mundo?
Unos días atrás, y gracias a la Business School IMPACT, de la Universidad europea he tenido la oportunidad de conocer de primera mano, la experiencia de alguien que con su trabajo cambió el mundo de forma radical. Me refiero a Steve Wozniak, quien junto con Steve Jobs, creó uno de los primeros ordenadores personales, lo cual dio paso a toda una revolución en la informática, y además el éxito de su empresa, permitió que un Jobs que estaba lejos de la tecnología, se convirtiera en un revolucionario en varias industrias. Pero el origen de todo fue éste, un chico se apasiona con hacer aparatos electrónicos, otro se une a esa pasión, orientándolo juntos hacia el ordenador personal, y con el objetivo de que a un precio razonable cualquiera pudiera tener un ordenador en su casa, en una época en que un ordenador podía llegar a costar lo que una casa.
Esto es aun más increíble, disfrutar en vida de un impacto en la mejora de la vida de las personas como éste ha supuesto. Pero todos de un modo u otro, aunque no siempre a este nivel, podemos causar impacto en la vida de otras personas, de hecho estoy seguro que de forma consciente o inconsciente lo hacemos. Ahora bien, ¿te imaginas el enorme tamaño de impacto que puedes causar si lo haces de forma consciente y dirigida? ¿te imaginas ser el protagonista de algo que llegue a otras personas hasta el punto que marque un punto de inflexión en sus vidas, un antes y un después de ti? Tienes la posibilidad, está a tu alcance. Es un objetivo que puedes proponerte igual que haces con otras cosas, y que además consigues. Las recompensas que cosecharás serán realmente muchísimo mayores que con otros objetivos, recompensas no solo materiales por supuesto, de todo tipo. Lograr cambios no tiene porque estar reñido con no tener beneficios o compensaciones, más bien lo contrario, es un equilibrio razonable ¿no crees?
Además, hay una forma aun más potente de crear un legado que perdure en el tiempo, y es ayudar a las nuevas generaciones a lograr impactar en el mundo, porque se convierte en un efecto multiplicador. No es lo que tú solo puedes hacer, es lo que tú puedes ayudar a que otros muchos puedan lograr, y esto puede llegar a ser realmente increíble. En este sentido me encanta la iniciativa que la Business School IMPACT está realizando con sus programas de formación, ayudando a jóvenes a impactar en la sociedad, a través de enseñarles las técnicas, la mentalidad y lo que aún es más importante, la actitud que lo hace posible. Porque una cosa es segura, y es que el mundo seguirá girando, y en consecuencia la vida evolucionando, esto son hechos irrefutables, ahora bien, no tiene porque evolucionar para bien, a no ser que nosotros, tomemos las riendas de la responsabilidad de instruir a los que nos siguen, para que aprendan de nuestros errores y puedan hacer las cosas mejor. Cometerán errores, pero estos serán unos nuevos. Y además, con nuestra enseñanza podrán también aprender a sacarle un beneficio a la equivocación, y de ahí mejorar constantemente.
No olvidemos que este concepto, tan de moda en marketing, que es la viralidad, es aplicable a muchas otras disciplinas, como lo es la del entrenamiento de futuras generaciones. Si creas un entorno de formación donde además disfruten haciéndolo, y donde se puedan ver los resultados, ellos se encargarán de convertirlo en algo viral, a través de sus formas de actuar con otros sin ir más lejos. Y ahí ya tienes un impactante legado que podrás dejar, y que podrás disfrutar aún cuando estés por aquí.
Imagen: Perpetual motion with light bulbs. Idea concept on blue background Fuente: Shutterstock
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Muy interesante y de suma importancia en la actualidad. Desde que yo era chica mi papá me inculcó (soy la mayor de 6 hijos) a que todo lo que aprendiera se lo enseñara a mis hermanos menores, no entendía en por qué, si de todos modos ellos entrarían a preescolar, escuela elemental, etc atrasito de mí. No había forma, ineludiblemente a todos, conforme íbamos creciendo nos inculcó lo mismo: compartan lo que aprendieron hoy con sus hermanos.
He admirado mucho a mi papá por muchos motivos, pero éste ha sido por mucho lo que nos ha formado para tener conciencia de los demás a nuestro alrededor, para entender que enseñando se concluye el proceso de aprendizaje, para sentir la dicha de compartir con los demás, para sentirnos útiles en nuestro paso por el mundo y sobre todo, para descubrirnos a nosotros mismos.
Perdón por tan largo comentario, pero quise compartir mi experiencia. Saludos y felicidades desde México
Muchas gracias Letma por compartir tan fantástico consejo de tu padre… estoy absolutamente de acuerdo, y siendo hermanos aun todavía más… no solo aprenderán más todos, sino que se unirán más gracias a esos aprendizajes… es un compartir de vida muy importante….
Muchas gracias por pasarte por La Trinchera y compartir….
Un fuerte abrazo desde España!