¿Cuántas veces nos enfrascamos en discusiones, en las que perdemos energía y nos dejan en un estado emocional negativo?
En muchas ocasiones, nos dejamos llevar por el ego y nos lanzamos a discutir con el único propósito de terminar llevando razón. En estos casos, si ese es el fin de la misma, no tiene sentido dedicar tiempo y energía, es bueno tomar conciencia y lo antes posible realizarnos las siguientes preguntas:
- ¿Qué es lo mejor que puede pasar si yo termino teniendo razón?
- ¿Qué es lo peor que puede pasar si yo termino sin tener razón?
Y a menos que haya una consecuencia realmente importante, ¿tiene sentido continuar con el conflicto?
Como muchas veces suele ocurrir, el focalizarse en resultados a medio o largo plazo, nos evita la pérdida de tiempo y energía a corto plazo.
Imagen: Scootie
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Cuánta razón llevas, y la mayoría de veces para qué la queremos?
La mayoría de las veces no la queremos para nada más que para tenerla…. ese afán de poseer, incluso cuando es un intangible… da para una tertulia de café larga…. ;))
Muchas gracias por pasarte y comentar en La Trinchera! 😉
Hola Fer,
¿Me permite añadir otra pregunta a las dos que propones?
«¿Que pasaría si analizo el motivo de la discordia e intento aprender de la opinión de mi interlocutor?
A lo mejor en vez de ganar uno y perder otro, ganamos los dos.
Un abrazo.
Pedro
Pedro,
por supuesto!! es fantástico! entre todos sumamos!!!!
Un fuerte abrazo y gracias por pasarte por La Trinchera!
Pero normalmente, cuando estamos seguros que llevar razón, es porque pensamos que nuestra posición es la mejor, es decir la que tiene las consecuencias más favorables para la organización (si hablamos de gestión empresarial). Y cuanto más grande nos parece la diferencia de resultados entre una solución y otra, más grande será nuestra determinación en llegar a convencer el otro.
Así es, ahora bien, es una percepción… nada más, nunca se sabe hasta el final… no crees? ;))
Gracias por pasarte y comentar en La Trinchera!!!
Es una muy interesante reflexión pero me temo que esa vehemencia va mucho con nuestro carácter.Compara el ambiente de un bar en España con el de cualquier otro país.¿recuerdas el personaje de Viki el Vikingo que a todo Lo que se le decía siempre respondía «me opongo»,pues bien,era Español sin duda.
JL,
jajajaja… me encanta la reflexión…. me recuerda a otro personaje más de esta época, Homer Simpson… ;D no se si por el me opongo o por la cerveza… ;D
Muchas gracias por pasarte y comentar en La Trinchera!
Y en realidad, no es que sentimos una sensación de triunfo que confundimos con la felicidad, cuando «Nos dan la razón». En el fondo, podríamos decir que «No es más feliz el que tiene más razón, sino el que menos necesita.»
Gracias, Fer
Que gran frase… «no es más feliz el que tiene más razón, sino el que menos la necesita»!!!
Muchas gracias por pasarte y comentar en La Trinchera!!
Cuando una discusión, deriva en una confrontación ambas partes pierden. El enriquecimiento parte de enfrentar puntos de vista y no de confrontarlas.
Totalmente de acuerdo… esas fuerzas opuestas es lo que en un gimnasio hace que el musculo se desarrolle, lo mismo ocurre con el cerebro… ;))
Muchas gracias por pasarte y comentar en La Trinchera!! 😉
En ocasiones es mejor un poco de silencio, que tener razón.
Susana…. muchas veces…. ;)))) gracias por compartir ;)))